Innovar necesita de todos. Y esto no es sólo por inclusión, es por necesidad.
“La diversidad es crítica si vamos a ser una compañía líder a nivel mundial”, dice Rane Johnson, directora en Microsoft Research Connections. “Y no sólo se trata de diversidad de género, también de diversidad de pensamiento”.
Microsoft está orgulloso de haber formado parte del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, para celebrar a las mujeres que han cambiado y cambiarán el mundo.
En este frente, Microsoft está comprometido a desarrollar tecnología, programas y gente que impulsen a las mujeres a explotar su potencial y perseguir sus pasiones. Como compañía y como cultura, hemos progresado, pero aún queda trabajo por hacer.
Las mujeres sólo participan en el 25% de la fuerza laboral en empleos de ciencias de la computación en los Estados Unidos, de acuerdo con el Centro Nacional para Mujeres y Tecnología de la Información y sólo conforman el 24% de la base de empleados de Microsoft en Estados Unidos.
Es por eso que, a través de Microsoft YouthSpark, Microsoft ha tomado un rol activo para asegurarse que se ha comenzado a forjar hoy, la siguiente generación de mujeres en tecnología: desde programas como DigiGirlz y educación en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), a eventos como el Hackathon Internacional para Mujeres y Grace Hopper.
Conozcan a una miembro del consejo, una investigadora, una ingeniera de software, una líder de prueba y una gerente de diversidad, todas ellas llevan a la compañía a nuevas alturas – y por sí mismas son un grupo diverso y dinámico.
Steph Burg, desarrolladora de software en el equipo de Publicación, Autoría, Lectura y Colaboración, ayuda a que las palabras que escribimos, “se vean elegantes en la pantalla”.
Steph Burg creció en un campo de maíz de 3 acres en medio del Wisconsin rural, muy lejos del campus de Microsoft.
“No tenía idea de que un trabajo como este fuera posible”, dice. “Había jugado con computadoras en la secundaria, pero eso había sido todo”.
No fue sino hasta que un amigo en la Universidad de Wisconsin le sugirió que ella tenía cerebro para las ciencias de la computación que la luz se encendió. Dejó su carrera en matemáticas y se graduó con honores en ciencias de la computación y biología molecular.
En la actualidad, Burg es desarrolladora de software en el equipo de Publicación, Autoría, Lectura y Colaboración, que es dueño de Word y Publisher. El código que ella escribe ayuda a hacer las palabras que tecleamos “más elegantes en la pantalla”. Comenzó en Microsoft como interna para el mismo equipo hace más de cuatro años.
Aunque muy seguido era la única mujer en muchas de sus clases en la escuela, dice que esto nunca le molestó. “Soy una mujer dinámica y asertiva”, explica Burg. “No soy tímida por naturaleza”.
Sin embargo, ella entiende los retos que enfrentan las mujeres en las ciencias de la computación. “Muchas de ellas no se ven en mis zapatos”, dice Burg. “Ese es uno de los grandes obstáculos. Necesitamos ayudar a las mujeres a que se den cuenta que esto es algo que pueden hacer”.
Es por esta razón que Burg participa en Teaching Kids Programming (Ayudar a los Niños a Programar), que lleva a niñas de educación media y superior de Seattle a Redmond una tarde para que aprendan los fundamentos del código. Dice que muchas niñas dejan esa experiencia con un mayor conocimiento de las ciencias de la computación que el que ella tuvo cuando comenzó en la universidad.
Burg también asiste a Grace Hopper, una conferencia global anual – llamada así por una de las pioneras en este campo – que reúne y celebra a las mujeres en tecnología. Dice que espera que sus esfuerzos puedan ayudar a mujeres de educación media y alta a que se den cuenta que algún día pueden estar en sus zapatos.
“Si les puedo mostrar que esto existe, y es divertido, tal vez yo pueda ser para ellas lo que ese amigo fue para mí cuando me dijo, ‘Tienes las capacidades adecuadas para esto’”.
Rane Johnson es directora en Microsoft Research Connections, en el que son anfitriones del Segundo Hackathon Internacional de Mujeres anual, en los próximos días.
Johnson, de Microsoft Research Connections dice que su trabajo es el mejor en Microsoft.
Como directora en Microsoft Research Connections, se enfoca en cómo crecer el número de mujeres y grupos con poca representación en investigación, cómputo e ingeniería.
“Nuestra esperanza es que si tenemos un equipo técnico y de investigación mucho más diverso, vamos a ser capaces de innovar en un nivel por completo diferente al de cualquier otra compañía”, dice Johnson.
Puesto de la manera más simple, las mujeres y los hombres atacan los problemas de manera diferente. Investigaciones de “Forbes” y “Harvard Business Review” muestran que las organizaciones que cuentan con mujeres líderes y mujeres en equipos técnicos tienen más ganancias, tienen una satisfacción laboral más alta y mejor colaboración en equipo, dice Johnson, una veterana de 11 años en Microsoft.
Sus inicios en tecnología comenzaron en la adversidad. Después de una turbulenta niñez, Johnson se emancipó de sus padres por la vía legal a los 14 años y tuvo que trabajar de tiempo completo y pagar sus rentas. Fue gerente de una tienda de regalos en un hotel en el norte de Portland, y pasó su tiempo de comida en el centro comercial frente al hotel, donde leía las revistas de una tienda llamada Software Etc.
Un día el gerente le ofreció un trabajo. Ella se convirtió en asociada de ventas y explicaba a los clientes cómo funcionaban las computadoras, mientras construía sistemas en su tiempo libre. Comenzó el colegio como ingeniera en ciencias de la computación, pero no le gustó. Terminó graduándose en ingeniería mecánica, donde podía trabajar en robótica para ayudar a la gente.
“No eran los hombres los que me espantaban. No era el trabajo el que me espantaba. Era que nadie me explicó que podía hacer un impacto”, recuerda Johnson. “Algunas personas se motivan por el dinero. Algunos otros por el factor cool de la tecnología. Una gran cantidad de mujeres jóvenes quieren ayudar a la gente”.
Ella dice que es crítico comunicar a las mujeres jóvenes que las innovaciones en tecnología ayudan a la gente con VIH, ayudan a detener el tráfico humano en las minorías, ayudan a las comunidades a recobrarse de desastres naturales y nos ayudan a conocer más sobre el cambio climático.
También es esencial permitir a las mujeres conocer que no necesitan ser genios matemáticos para ser exitosas. “Si son creativas y buenas para resolver problemas, serán geniales en ciencias de la computación. Después aprenderán de matemáticas”, dice Johnson.
Johnson y el equipo de Microsoft Research Connections serán anfitriones del Segundo Hackathon Internacional de Mujeres, que se realiza de manera anual y será en abril de este año, para impulsar a las mujeres a ingresar a las universidades a estudiar ciencias de la computación alrededor del mundo. El evento de hace un año abarcó 14 campus en siete países e incluyó más de 600 participantes. Este año, esperan muchas más.
El hackathon es un gran lugar para aprender cómo crear una aplicación móvil o una nueva herramienta. También es una oportunidad para construir relaciones y conocer futuros mentores.
“En verdad es importante para nosotros tener mujeres como modelos a seguir, en especial las generaciones jóvenes”, dice Johnson. “Necesitan ser capaces de imaginarse en estas posiciones de liderazgo”.
Maria Klawe, presidenta de Harvey Mudd College, es una de las dos mujeres en la Mesa Directiva de Microsoft. La decisión de Maria Klawe de entrar a las ciencias de la computación nació en principio del pragmatismo – había sólo algunas oportunidades disponibles en el campo de su elección en matemáticas – pero no tardó mucho en convertirse en su pasión.
Klawe, una de las dos mujeres en la Mesa Directiva de Microsoft, es presidenta del Harvey Mudd College en Claremont, California. Está orgullosa de reportar que ahí las mujeres forman el 40% de las clases de ciencias de la computación hoy en día. Esto comparado con el 14% de receptores de Doctorados para egresados de Ciencias de la Computación a través de concesiones de instituciones a nivel nacional en los últimos cinco años, de acuerdo con una encuesta de Taulbee sobre Asociaciones de Investigación en Cómputo.
Klawe argumenta que contar con más mujeres en el campo no sólo es bueno para la tecnología, es bueno para el mundo.
“Cuando pienso en el continuo impacto que el software y el hardware tendrán en las siguientes décadas, es claro que jugará un gran papel en los problemas mundiales. Necesitamos tener a nuestros mejores equipos trabajando en estos problemas”, dice. “Tendrás mejores soluciones si integras gente con diferentes perspectivas”.
Al final del día, es notable que Microsoft lleva a cabo “una gran lista de cosas” para motivar a las mujeres en la tecnología, agrega. “Si en verdad queremos tener algún progreso, necesitamos trabajar en los problemas que tiran de las palancas en todas direcciones”.
Como cultura, hemos progresado, dice Klawe, pero aún está el problema de la percepción.
“Si piensas cómo se presentan en televisión la ciencia forense, o los doctores, o los abogados, es muy diferente a como se ven los científicos en computación. O no están presentes o se promueven como estereotipos”, dice Klawe. “La manera más sencilla de corregir este problema es si podemos obtener científicos en computación que sean tanto hombres como mujeres, gente joven que hace cosas emocionantes, retratada así en los medios”.
Llámenlo un “CSI” de la codificación.
También quiere que las mujeres jóvenes sepan que los trabajos en tecnología son grandes trabajos, tanto en maneras aspiracionales como en prácticas: Se pagan bien. Y si tienen niños, ofrecen la flexibilidad de ser parte de sus vidas.
Ser pionera en tu campo puede ser intimidante, pero el consejo de Klawe a las mujeres jóvenes interesadas en seguir una carrera en ciencias de la computación es que crean que lo pueden hacer, y no rendirse.
“Si en su clase hay alguien que parece que sabe mucho, no dejen que las intimide. La verdad es que siempre habrá alguien que habla mucho sobre lo que sabe. La persistencia y el trabajo arduo son mucho más importantes que la habilidad natural y el conocimiento posterior”.
Jacinda Chislum es gerente de programación para DigiGirlz, un programa de Microsoft YouthSpark que da a mujeres de educación superior la posibilidad de aprender sobre carreras en tecnología.
Jacinda Chislum ve la tecnología como una herramienta para ayudar a hacer del mundo un lugar mejor.
“Las empresas tecnológicas impactan de una forma que es única en otras industrias”, dice. “La tecnología provee acceso a la gente sin importar dónde hayan nacido, y oportunidades para ellos para alcanzar su potencial sin importar de dónde son. Esto es algo que me apasiona mucho”.
Como Gerente de Diversidad Global y Enfoque de Inclusión en Microsoft, ella también se apasiona por extender las oportunidades de carreras en tecnología para todos, sin importar raza o género.
Chislum, que tiene antecedentes en Recursos Humanos, llegó a Microsoft en 2013. En la actualidad, trabaja con organizaciones externas, así como con grupos de investigación de empleados y redes de empleos que soportan la inclusión global. Pronto, ayudará al grupo de Aplicación y Servicios y al grupo de Nube y Empresa a liderar la diversidad.
Una de las cosas que Chislum disfruta más sobre trabajar en Microsoft es la cultura de participación y el fuerte compromiso de dar de vuelta. Un ejemplo de esto es DigiGirlz, un programa de Microsoft YouthSpark que ofrece a mujeres de educación media la oportunidad de aprender sobre carreras en tecnología, y participar en talleres para trabajar en computadoras.
“DigiGirlz es único”, dice Chislum. “Tal vez otras empresas hagan cosas similares, pero que este programa sea propiedad por completo y creado de manera original por Microsoft es algo único para esta organización”.
DigiGirlz ha llegado a más de 23 mil mujeres desde su creación en el año 2000, y 6 mil tan solo en el 2013. El programa aumentó de 45 eventos en 20011 a 65 en 2012 en 95 eventos el año pasado.
No es inusual para Chislum recibir emails de mujeres que participan en el programa. “Me comentan que han decidido seguir las ciencias de la computación gracias a DigiGirlz. Ese es el diferenciador. Estas jóvenes mujeres que tienen todas las capacidades para ser exitosas en este campo no tenían idea de que esta fuera una opción hasta que se las presentamos. Esto es lo que me motiva”.
También es lo que la mueve. “Ver qué tanta impresión puede hacer esta experiencia en estas mujeres es una de las más grandes recompensas que he experimentado en mi vida profesional”, dice.
Explica que para Microsoft, es invaluable ser parte de la creación de un ambiente donde la gente con diferentes perspectivas puede ser exitosa en el espacio tecnológico y aprovechar esas diferencias para ser diferenciadores en nuestro mercado.
Las mujeres son los principales tomadores de decisión cuando se trata de finanzas del hogar, así que es esencial para Microsoft entender lo que las mujeres quieren, hablarles y asegurarnos que los productos son diseñados de una forma en que las mujeres quieran usarlos. “No podríamos hacerlo si sólo tuviéramos hombres aquí”.
También es importante alcanzar a las mujeres jóvenes que de otro modo no tendrían visibilidad hacia el campo. Mujeres de comunidades no favorecidas y que vienen de escuelas sin poco nombre que no tienen idea de que esta fuera una opción para ellas.
¿Cuál es el consejo de Chislum para las mujeres jóvenes que piensan seguir carreras en tecnología?
“Háganlo. … Y no tengan miedo de hacerlo. No están en competencia con otras mujeres en este espacio. Todas están en el mismo bando. Necesitamos apoyarnos entre nosotras para hacer la diferencia”.
Dona Sarkar es líder principal de pruebas para el grupo de Sistemas Operativos. También es una autora publicada y creadora de su propia línea de moda.
Dona Sarkar es la prueba viviente de que los ingenieros de software pueden también ser mujeres.
“Cuando hablo a mujeres jóvenes les digo esto: Soy mujer. Me gusta la moda. Me gustan los libros. Me gusta salir con mis amigos. No voy a casa a jugar videojuegos, pero amo la tecnología”.
Sarkar, líder principal de pruebas del grupo de Sistemas Operativos, también es una autora publicada de novelas para adultos jóvenes, y diseñadora de su propia línea de ropa: Prima Dona Couture.
“Aprendí a coser por primera vez hace dos años. La moda es como la ingeniería. Es visualizar cosas en 3D, entender cómo las formas importan y el efecto de la gravedad”, dice.
Sarkar, que ha trabajado en Windows como líder de prueba por ocho años, cree que ser un buen ingeniero significa utilizar tanto el lado analítico como el creativo del cerebro.
“Conforme he avanzado en mi carrera, me he dado cuenta que hay mucha creatividad requerida cuando se lanzan productos a la venta. Tienes el tiempo limitado y entregables requeridos. Tienes que decidir cómo vas a estructurar la situación. Hay mucha visualización y, para ser honesta, mucha escritura de ficción: ‘¿Qué pasaría si no hiciéramos esto, o lo otro?’”.
El padre de Sarkar, un gerente de TI en Ford Motor Co. nativo de Detroit, fue el primero en detonar su interés en las computadoras. Él le dijo que la tecnología era el futuro. Así que ella tomó una clase de codificación en un colegio comunitario.
“Había algo sorprendente sobre eso. Amo las matemáticas, pero también amo el arte. La tecnología es ambas”, dice. “Fui a la escuela secundaria en los noventa, cuando la tecnología apenas comenzaba a convertirse en esta cosa impresionante que es hoy. Me di cuenta que estábamos en la parte baja de la colina, al inicio de una escalada sin fin. Sabía que tenía que ser parte de esta industria”.
Hoy, Sarkar ayuda a otras mujeres a tener la misma epifanía. Espera ser ese modelo femenino a seguir que ella nunca tuvo.
“Aún existe esa percepción que un trabajo en software se trata de estar todo el día frente a una pantalla mientras escribes código. Hay trabajos así, pero también hay muchas otras oportunidades. Oportunidades para colaboración”.
Dio la una presentación en la conferencia Mujeres en la Ciencia hace unos días en la Universidad de Washington. ¿El tema? “Ser geek es chic”.
El reto, dice Sarkar, es convencer a las mujeres que pueden ser excelentes en el campo, incluso si creen que no demostraron aptitudes para la tecnología en la escuela preparatoria.
“Las mujeres tampoco quieren que sus colegas sean un puñado de tipos en el club de cómputo. Tenemos que deshacernos del arquetipo de que el chico de tecnología es ese tipo”, dice. “Es ese tipo, pero el geek tecnológico también es una mujer, como yo”.
“La diversidad es crítica si vamos a ser una compañía líder a nivel mundial”, dice Rane Johnson, directora en Microsoft Research Connections. “Y no sólo se trata de diversidad de género, también de diversidad de pensamiento”.
Microsoft está orgulloso de haber formado parte del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, para celebrar a las mujeres que han cambiado y cambiarán el mundo.
En este frente, Microsoft está comprometido a desarrollar tecnología, programas y gente que impulsen a las mujeres a explotar su potencial y perseguir sus pasiones. Como compañía y como cultura, hemos progresado, pero aún queda trabajo por hacer.
Las mujeres sólo participan en el 25% de la fuerza laboral en empleos de ciencias de la computación en los Estados Unidos, de acuerdo con el Centro Nacional para Mujeres y Tecnología de la Información y sólo conforman el 24% de la base de empleados de Microsoft en Estados Unidos.
Es por eso que, a través de Microsoft YouthSpark, Microsoft ha tomado un rol activo para asegurarse que se ha comenzado a forjar hoy, la siguiente generación de mujeres en tecnología: desde programas como DigiGirlz y educación en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), a eventos como el Hackathon Internacional para Mujeres y Grace Hopper.
Conozcan a una miembro del consejo, una investigadora, una ingeniera de software, una líder de prueba y una gerente de diversidad, todas ellas llevan a la compañía a nuevas alturas – y por sí mismas son un grupo diverso y dinámico.
Steph Burg, desarrolladora de software en el equipo de Publicación, Autoría, Lectura y Colaboración, ayuda a que las palabras que escribimos, “se vean elegantes en la pantalla”.
Steph Burg creció en un campo de maíz de 3 acres en medio del Wisconsin rural, muy lejos del campus de Microsoft.
“No tenía idea de que un trabajo como este fuera posible”, dice. “Había jugado con computadoras en la secundaria, pero eso había sido todo”.
No fue sino hasta que un amigo en la Universidad de Wisconsin le sugirió que ella tenía cerebro para las ciencias de la computación que la luz se encendió. Dejó su carrera en matemáticas y se graduó con honores en ciencias de la computación y biología molecular.
En la actualidad, Burg es desarrolladora de software en el equipo de Publicación, Autoría, Lectura y Colaboración, que es dueño de Word y Publisher. El código que ella escribe ayuda a hacer las palabras que tecleamos “más elegantes en la pantalla”. Comenzó en Microsoft como interna para el mismo equipo hace más de cuatro años.
Aunque muy seguido era la única mujer en muchas de sus clases en la escuela, dice que esto nunca le molestó. “Soy una mujer dinámica y asertiva”, explica Burg. “No soy tímida por naturaleza”.
Sin embargo, ella entiende los retos que enfrentan las mujeres en las ciencias de la computación. “Muchas de ellas no se ven en mis zapatos”, dice Burg. “Ese es uno de los grandes obstáculos. Necesitamos ayudar a las mujeres a que se den cuenta que esto es algo que pueden hacer”.
Es por esta razón que Burg participa en Teaching Kids Programming (Ayudar a los Niños a Programar), que lleva a niñas de educación media y superior de Seattle a Redmond una tarde para que aprendan los fundamentos del código. Dice que muchas niñas dejan esa experiencia con un mayor conocimiento de las ciencias de la computación que el que ella tuvo cuando comenzó en la universidad.
Burg también asiste a Grace Hopper, una conferencia global anual – llamada así por una de las pioneras en este campo – que reúne y celebra a las mujeres en tecnología. Dice que espera que sus esfuerzos puedan ayudar a mujeres de educación media y alta a que se den cuenta que algún día pueden estar en sus zapatos.
“Si les puedo mostrar que esto existe, y es divertido, tal vez yo pueda ser para ellas lo que ese amigo fue para mí cuando me dijo, ‘Tienes las capacidades adecuadas para esto’”.
Rane Johnson es directora en Microsoft Research Connections, en el que son anfitriones del Segundo Hackathon Internacional de Mujeres anual, en los próximos días.
Johnson, de Microsoft Research Connections dice que su trabajo es el mejor en Microsoft.
Como directora en Microsoft Research Connections, se enfoca en cómo crecer el número de mujeres y grupos con poca representación en investigación, cómputo e ingeniería.
“Nuestra esperanza es que si tenemos un equipo técnico y de investigación mucho más diverso, vamos a ser capaces de innovar en un nivel por completo diferente al de cualquier otra compañía”, dice Johnson.
Puesto de la manera más simple, las mujeres y los hombres atacan los problemas de manera diferente. Investigaciones de “Forbes” y “Harvard Business Review” muestran que las organizaciones que cuentan con mujeres líderes y mujeres en equipos técnicos tienen más ganancias, tienen una satisfacción laboral más alta y mejor colaboración en equipo, dice Johnson, una veterana de 11 años en Microsoft.
Sus inicios en tecnología comenzaron en la adversidad. Después de una turbulenta niñez, Johnson se emancipó de sus padres por la vía legal a los 14 años y tuvo que trabajar de tiempo completo y pagar sus rentas. Fue gerente de una tienda de regalos en un hotel en el norte de Portland, y pasó su tiempo de comida en el centro comercial frente al hotel, donde leía las revistas de una tienda llamada Software Etc.
Un día el gerente le ofreció un trabajo. Ella se convirtió en asociada de ventas y explicaba a los clientes cómo funcionaban las computadoras, mientras construía sistemas en su tiempo libre. Comenzó el colegio como ingeniera en ciencias de la computación, pero no le gustó. Terminó graduándose en ingeniería mecánica, donde podía trabajar en robótica para ayudar a la gente.
“No eran los hombres los que me espantaban. No era el trabajo el que me espantaba. Era que nadie me explicó que podía hacer un impacto”, recuerda Johnson. “Algunas personas se motivan por el dinero. Algunos otros por el factor cool de la tecnología. Una gran cantidad de mujeres jóvenes quieren ayudar a la gente”.
Ella dice que es crítico comunicar a las mujeres jóvenes que las innovaciones en tecnología ayudan a la gente con VIH, ayudan a detener el tráfico humano en las minorías, ayudan a las comunidades a recobrarse de desastres naturales y nos ayudan a conocer más sobre el cambio climático.
También es esencial permitir a las mujeres conocer que no necesitan ser genios matemáticos para ser exitosas. “Si son creativas y buenas para resolver problemas, serán geniales en ciencias de la computación. Después aprenderán de matemáticas”, dice Johnson.
Johnson y el equipo de Microsoft Research Connections serán anfitriones del Segundo Hackathon Internacional de Mujeres, que se realiza de manera anual y será en abril de este año, para impulsar a las mujeres a ingresar a las universidades a estudiar ciencias de la computación alrededor del mundo. El evento de hace un año abarcó 14 campus en siete países e incluyó más de 600 participantes. Este año, esperan muchas más.
El hackathon es un gran lugar para aprender cómo crear una aplicación móvil o una nueva herramienta. También es una oportunidad para construir relaciones y conocer futuros mentores.
“En verdad es importante para nosotros tener mujeres como modelos a seguir, en especial las generaciones jóvenes”, dice Johnson. “Necesitan ser capaces de imaginarse en estas posiciones de liderazgo”.
Maria Klawe, presidenta de Harvey Mudd College, es una de las dos mujeres en la Mesa Directiva de Microsoft. La decisión de Maria Klawe de entrar a las ciencias de la computación nació en principio del pragmatismo – había sólo algunas oportunidades disponibles en el campo de su elección en matemáticas – pero no tardó mucho en convertirse en su pasión.
Klawe, una de las dos mujeres en la Mesa Directiva de Microsoft, es presidenta del Harvey Mudd College en Claremont, California. Está orgullosa de reportar que ahí las mujeres forman el 40% de las clases de ciencias de la computación hoy en día. Esto comparado con el 14% de receptores de Doctorados para egresados de Ciencias de la Computación a través de concesiones de instituciones a nivel nacional en los últimos cinco años, de acuerdo con una encuesta de Taulbee sobre Asociaciones de Investigación en Cómputo.
Klawe argumenta que contar con más mujeres en el campo no sólo es bueno para la tecnología, es bueno para el mundo.
“Cuando pienso en el continuo impacto que el software y el hardware tendrán en las siguientes décadas, es claro que jugará un gran papel en los problemas mundiales. Necesitamos tener a nuestros mejores equipos trabajando en estos problemas”, dice. “Tendrás mejores soluciones si integras gente con diferentes perspectivas”.
Al final del día, es notable que Microsoft lleva a cabo “una gran lista de cosas” para motivar a las mujeres en la tecnología, agrega. “Si en verdad queremos tener algún progreso, necesitamos trabajar en los problemas que tiran de las palancas en todas direcciones”.
Como cultura, hemos progresado, dice Klawe, pero aún está el problema de la percepción.
“Si piensas cómo se presentan en televisión la ciencia forense, o los doctores, o los abogados, es muy diferente a como se ven los científicos en computación. O no están presentes o se promueven como estereotipos”, dice Klawe. “La manera más sencilla de corregir este problema es si podemos obtener científicos en computación que sean tanto hombres como mujeres, gente joven que hace cosas emocionantes, retratada así en los medios”.
Llámenlo un “CSI” de la codificación.
También quiere que las mujeres jóvenes sepan que los trabajos en tecnología son grandes trabajos, tanto en maneras aspiracionales como en prácticas: Se pagan bien. Y si tienen niños, ofrecen la flexibilidad de ser parte de sus vidas.
Ser pionera en tu campo puede ser intimidante, pero el consejo de Klawe a las mujeres jóvenes interesadas en seguir una carrera en ciencias de la computación es que crean que lo pueden hacer, y no rendirse.
“Si en su clase hay alguien que parece que sabe mucho, no dejen que las intimide. La verdad es que siempre habrá alguien que habla mucho sobre lo que sabe. La persistencia y el trabajo arduo son mucho más importantes que la habilidad natural y el conocimiento posterior”.
Jacinda Chislum es gerente de programación para DigiGirlz, un programa de Microsoft YouthSpark que da a mujeres de educación superior la posibilidad de aprender sobre carreras en tecnología.
Jacinda Chislum ve la tecnología como una herramienta para ayudar a hacer del mundo un lugar mejor.
“Las empresas tecnológicas impactan de una forma que es única en otras industrias”, dice. “La tecnología provee acceso a la gente sin importar dónde hayan nacido, y oportunidades para ellos para alcanzar su potencial sin importar de dónde son. Esto es algo que me apasiona mucho”.
Como Gerente de Diversidad Global y Enfoque de Inclusión en Microsoft, ella también se apasiona por extender las oportunidades de carreras en tecnología para todos, sin importar raza o género.
Chislum, que tiene antecedentes en Recursos Humanos, llegó a Microsoft en 2013. En la actualidad, trabaja con organizaciones externas, así como con grupos de investigación de empleados y redes de empleos que soportan la inclusión global. Pronto, ayudará al grupo de Aplicación y Servicios y al grupo de Nube y Empresa a liderar la diversidad.
Una de las cosas que Chislum disfruta más sobre trabajar en Microsoft es la cultura de participación y el fuerte compromiso de dar de vuelta. Un ejemplo de esto es DigiGirlz, un programa de Microsoft YouthSpark que ofrece a mujeres de educación media la oportunidad de aprender sobre carreras en tecnología, y participar en talleres para trabajar en computadoras.
“DigiGirlz es único”, dice Chislum. “Tal vez otras empresas hagan cosas similares, pero que este programa sea propiedad por completo y creado de manera original por Microsoft es algo único para esta organización”.
DigiGirlz ha llegado a más de 23 mil mujeres desde su creación en el año 2000, y 6 mil tan solo en el 2013. El programa aumentó de 45 eventos en 20011 a 65 en 2012 en 95 eventos el año pasado.
No es inusual para Chislum recibir emails de mujeres que participan en el programa. “Me comentan que han decidido seguir las ciencias de la computación gracias a DigiGirlz. Ese es el diferenciador. Estas jóvenes mujeres que tienen todas las capacidades para ser exitosas en este campo no tenían idea de que esta fuera una opción hasta que se las presentamos. Esto es lo que me motiva”.
También es lo que la mueve. “Ver qué tanta impresión puede hacer esta experiencia en estas mujeres es una de las más grandes recompensas que he experimentado en mi vida profesional”, dice.
Explica que para Microsoft, es invaluable ser parte de la creación de un ambiente donde la gente con diferentes perspectivas puede ser exitosa en el espacio tecnológico y aprovechar esas diferencias para ser diferenciadores en nuestro mercado.
Las mujeres son los principales tomadores de decisión cuando se trata de finanzas del hogar, así que es esencial para Microsoft entender lo que las mujeres quieren, hablarles y asegurarnos que los productos son diseñados de una forma en que las mujeres quieran usarlos. “No podríamos hacerlo si sólo tuviéramos hombres aquí”.
También es importante alcanzar a las mujeres jóvenes que de otro modo no tendrían visibilidad hacia el campo. Mujeres de comunidades no favorecidas y que vienen de escuelas sin poco nombre que no tienen idea de que esta fuera una opción para ellas.
¿Cuál es el consejo de Chislum para las mujeres jóvenes que piensan seguir carreras en tecnología?
“Háganlo. … Y no tengan miedo de hacerlo. No están en competencia con otras mujeres en este espacio. Todas están en el mismo bando. Necesitamos apoyarnos entre nosotras para hacer la diferencia”.
Dona Sarkar es líder principal de pruebas para el grupo de Sistemas Operativos. También es una autora publicada y creadora de su propia línea de moda.
Dona Sarkar es la prueba viviente de que los ingenieros de software pueden también ser mujeres.
“Cuando hablo a mujeres jóvenes les digo esto: Soy mujer. Me gusta la moda. Me gustan los libros. Me gusta salir con mis amigos. No voy a casa a jugar videojuegos, pero amo la tecnología”.
Sarkar, líder principal de pruebas del grupo de Sistemas Operativos, también es una autora publicada de novelas para adultos jóvenes, y diseñadora de su propia línea de ropa: Prima Dona Couture.
“Aprendí a coser por primera vez hace dos años. La moda es como la ingeniería. Es visualizar cosas en 3D, entender cómo las formas importan y el efecto de la gravedad”, dice.
Sarkar, que ha trabajado en Windows como líder de prueba por ocho años, cree que ser un buen ingeniero significa utilizar tanto el lado analítico como el creativo del cerebro.
“Conforme he avanzado en mi carrera, me he dado cuenta que hay mucha creatividad requerida cuando se lanzan productos a la venta. Tienes el tiempo limitado y entregables requeridos. Tienes que decidir cómo vas a estructurar la situación. Hay mucha visualización y, para ser honesta, mucha escritura de ficción: ‘¿Qué pasaría si no hiciéramos esto, o lo otro?’”.
El padre de Sarkar, un gerente de TI en Ford Motor Co. nativo de Detroit, fue el primero en detonar su interés en las computadoras. Él le dijo que la tecnología era el futuro. Así que ella tomó una clase de codificación en un colegio comunitario.
“Había algo sorprendente sobre eso. Amo las matemáticas, pero también amo el arte. La tecnología es ambas”, dice. “Fui a la escuela secundaria en los noventa, cuando la tecnología apenas comenzaba a convertirse en esta cosa impresionante que es hoy. Me di cuenta que estábamos en la parte baja de la colina, al inicio de una escalada sin fin. Sabía que tenía que ser parte de esta industria”.
Hoy, Sarkar ayuda a otras mujeres a tener la misma epifanía. Espera ser ese modelo femenino a seguir que ella nunca tuvo.
“Aún existe esa percepción que un trabajo en software se trata de estar todo el día frente a una pantalla mientras escribes código. Hay trabajos así, pero también hay muchas otras oportunidades. Oportunidades para colaboración”.
Dio la una presentación en la conferencia Mujeres en la Ciencia hace unos días en la Universidad de Washington. ¿El tema? “Ser geek es chic”.
El reto, dice Sarkar, es convencer a las mujeres que pueden ser excelentes en el campo, incluso si creen que no demostraron aptitudes para la tecnología en la escuela preparatoria.
“Las mujeres tampoco quieren que sus colegas sean un puñado de tipos en el club de cómputo. Tenemos que deshacernos del arquetipo de que el chico de tecnología es ese tipo”, dice. “Es ese tipo, pero el geek tecnológico también es una mujer, como yo”.