En el mes de mayo, Guatemala ha seguido presentando condiciones secas en la mayor parte del país, con lluvias muy deficitarias, además de altas temperaturas, inclusiva superando los récords históricos principalmente en el norte y caribe del país.
Según El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), durante la época lluviosa, las condiciones meteorológicas se ven influenciadas por fenómenos como las ondas del este, el aumento de la humedad desde ambos litorales y la presencia de la Zona de Convergencia Intertropical.
"Tras las intensas olas de calor registradas y las temperaturas récord en Guatemala, se anticipa un trimestre de junio a agosto en transición hacia el fenómeno de La Niña, con un desarrollo normal de la época lluviosa, inclusive condiciones más lluviosas comparadas con el promedio histórico", indicó Claudio Castañón, consultor de AguaConsulta.
El fenómeno de El Niño se caracteriza por el calentamiento anómalo de las aguas superficiales del océano Pacífico, lo que altera los patrones climáticos a nivel global, generalmente provocando sequías en algunas regiones del planeta. En contraste, La Niña se define por el enfriamiento anómalo de estas aguas, generando efectos opuestos como un aumento en la frecuencia e intensidad de las lluvias en ciertas áreas.
Según la Agencia del Océano y la Atmosfera de los Estados Unidos NOAA (09 de mayo), para el trimestre comprendido entre junio y agosto, se prevé con un 50% de probabilidad condiciones NEUTRAS, mientras que, para el trimestre entre julio y septiembre, se prevé con un 69% de probabilidad el desarrollo de La Niña.
Adicionalmente, el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami (23 de mayo), ha indicado que el océano Atlántico se tendrá una temporada ciclónica por arriba de lo normal (85% de probabilidad), donde se pueden formar de 17 a 25 tormentas tropicales, de los cuales de 8 a 13 pueden ser huracanes, y de 4 a 7 pueden ser huracanes intensos.
Este pronóstico es crucial para la planificación y gestión de recursos en diversas áreas, especialmente en agricultura y manejo de recursos hídricos. Las variaciones en las condiciones climáticas pueden tener un impacto significativo en la producción agrícola y la disponibilidad de agua, lo que afecta directamente a la economía y bienestar de las comunidades.
Implicaciones y medidas preventivas
Claudio Castañón, consultor de AguaConsulta, enfatiza la importancia de tomar medidas preventivas y de preparación ante los desafíos climáticos. Recalca que tanto las autoridades como la población en general deben estar preparados para enfrentar estas condiciones. La planificación adecuada y la gestión eficiente del agua son esenciales para mitigar los posibles efectos adversos de las variaciones en las precipitaciones. Con la información proporcionada por el pronóstico climático, es posible implementar estrategias de prevención y adaptación que aseguren el uso sostenible de los recursos hídricos y fortalezcan la resiliencia de las comunidades ante los cambios climáticos.
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