Desde su masificación a mediados de los años 90, Internet ha logrado penetrar casi todas las esferas de nuestra vida cotidiana gracias a los importantes beneficios que ofrece. Estos mismos beneficios han llevado a las autoridades electorales del mundo a observar con un interés cada vez mayor la posibilidad de modernizar sus sistemas utilizando el voto en línea.
Suiza, Australia, Estados Unidos y Canadá son algunos de los países que han dado ya un paso al frente adoptando internet como herramienta de votación complementaria a otros mecanismos más tradicionales. Pero sobre todas estas experiencias destaca Estonia, nación que hoy día se exhibe como la única en haber realizado siete elecciones nacionales ofreciendo la posibilidad de votar remotamente al 100% de sus electores.
“Estonia ha sido exitosa por una serie de factores entre los que destaca el hecho de que no sustituyeron totalmente el voto presencial, sino que más bien se apalancaron en él. Votar en línea es una opción y no un requisito para los estonios. Garantizando seguridad, transparencia y comodidad, Estonia se ha consolidado como líder mundial en este tema”, explicó Paul Babic, Vicepresidente Ejecutivo de Smartmatic, empresa líder del mundo en tecnología y servicios de votación.
El voto remoto –del cual el voto en línea es una de sus variantes– se concibe como un mecanismo para facilitar el sufragio a los ciudadanos que por algún motivo no pueden acercarse a un centro de votación. La experiencia ha demostrado que el voto por internet no sólo contribuye a ese objetivo democrático, sino que también combate algunas vulnerabilidades que se presentan en otras modalidades de sufragio a distancia, especialmente el voto por correo postal.
“El voto por internet es el sustituto ideal al voto por correo. En todas las dimensiones que se puede analizar, se muestra como un medio mucho más eficiente. Es menos costoso, más seguro y al estar automatizado, no deja a la discreción de un oficial el que se cuente o no un voto” explicó Babic.
El voto por internet -por lo menos en el caso de Estonia- también tiene la ventaja de que permite al votante la posibilidad de verificar, con inmediatez, que efectivamente su voto fue recibido y registrado. Esto de ninguna manera es posible si el voto se realiza mediante correspondencia tradicional; pues una vez que la papeleta se deposita en el buzón de correo, el elector no tiene certeza sobre el destino de la misma.
Logísticamente, también son notorios los beneficios que el voto por internet ofrece a los ciudadanos. Se elimina el riesgo de que el voto no llegue a tiempo o se extravíe, como sucede con el voto por correo.
De todas las ventajas que posee el voto en línea, la conveniencia es el que más llama la atención de los electores alrededor del mundo. Votar sin afectar la cotidianidad del elector es valorado unánimemente. El aumento sostenido del uso del sistema estonio da cuenta de ello a través de su historia. En 2005, menos del 10% utilizó este método. Hoy día, más de un 30% de los estonios vota en línea. Además, un 10% ya vota desde su celular.
El voto en línea representa el presente y el futuro de las elecciones, sobre todo con tecnologías como la de Estonia. Sus beneficios potenciales en cuanto a accesibilidad, participación y alcance son simplemente inmensurables.
Suiza, Australia, Estados Unidos y Canadá son algunos de los países que han dado ya un paso al frente adoptando internet como herramienta de votación complementaria a otros mecanismos más tradicionales. Pero sobre todas estas experiencias destaca Estonia, nación que hoy día se exhibe como la única en haber realizado siete elecciones nacionales ofreciendo la posibilidad de votar remotamente al 100% de sus electores.
“Estonia ha sido exitosa por una serie de factores entre los que destaca el hecho de que no sustituyeron totalmente el voto presencial, sino que más bien se apalancaron en él. Votar en línea es una opción y no un requisito para los estonios. Garantizando seguridad, transparencia y comodidad, Estonia se ha consolidado como líder mundial en este tema”, explicó Paul Babic, Vicepresidente Ejecutivo de Smartmatic, empresa líder del mundo en tecnología y servicios de votación.
El voto remoto –del cual el voto en línea es una de sus variantes– se concibe como un mecanismo para facilitar el sufragio a los ciudadanos que por algún motivo no pueden acercarse a un centro de votación. La experiencia ha demostrado que el voto por internet no sólo contribuye a ese objetivo democrático, sino que también combate algunas vulnerabilidades que se presentan en otras modalidades de sufragio a distancia, especialmente el voto por correo postal.
“El voto por internet es el sustituto ideal al voto por correo. En todas las dimensiones que se puede analizar, se muestra como un medio mucho más eficiente. Es menos costoso, más seguro y al estar automatizado, no deja a la discreción de un oficial el que se cuente o no un voto” explicó Babic.
El voto por internet -por lo menos en el caso de Estonia- también tiene la ventaja de que permite al votante la posibilidad de verificar, con inmediatez, que efectivamente su voto fue recibido y registrado. Esto de ninguna manera es posible si el voto se realiza mediante correspondencia tradicional; pues una vez que la papeleta se deposita en el buzón de correo, el elector no tiene certeza sobre el destino de la misma.
Logísticamente, también son notorios los beneficios que el voto por internet ofrece a los ciudadanos. Se elimina el riesgo de que el voto no llegue a tiempo o se extravíe, como sucede con el voto por correo.
De todas las ventajas que posee el voto en línea, la conveniencia es el que más llama la atención de los electores alrededor del mundo. Votar sin afectar la cotidianidad del elector es valorado unánimemente. El aumento sostenido del uso del sistema estonio da cuenta de ello a través de su historia. En 2005, menos del 10% utilizó este método. Hoy día, más de un 30% de los estonios vota en línea. Además, un 10% ya vota desde su celular.
El voto en línea representa el presente y el futuro de las elecciones, sobre todo con tecnologías como la de Estonia. Sus beneficios potenciales en cuanto a accesibilidad, participación y alcance son simplemente inmensurables.